¿Eres un amante del vino? ¿Te gusta degustar un buen caldo de vez en cuando? Si es así y no sabes cómo degustarlo de manera correcta o cómo debe realizarse una cata no te preocupes, porque te lo vamos a explicar al detalle en este artículo.
Lo primero que debes saber es que en la cata de un vino existen tres fases, la fase visual, la fase olfativa y la gustativa. Pero a continuación vamos a explicar cada una de estas tres fases.
- Fase visual
La primera fase es la visual, que como su propio nombre indica hay que fijarse en el aspecto del vino. Aunque por supuesto, primero hay que descorchar la botella. Para hacerlo deberás contar con un buen sacacorchos. “Existen diferentes tipos, desde el sacacorchos de láminas que asegura que no se rompa el corcho, los sacacorchos de dos tiempos, los sacacorchos de pared o algunos modelos más innovadores. Lo importante es que sea de calidad para evitar que el corcho se rompa”, explican desde Giona Company, empresa que se dedica al diseño y comercialización de productos para el sector hostelería y que entre su amplio catálogo cuenta con una amplia variedad de sacacorchos.
Pues bien, una vez que se ha descorchado la botella hay que servir un poco de vino. También es importante oler el propio corcho, ya que puede dar bastantes pistas sobre el caldo. Una vez que ya está el vino servido hay que coger la copa por la base o el tallo para evitar que se caliente el vino. Para poder ver todos los matices hay que inclinar la copa un poco.
Así, en la fase visual debes fijarte en el color del vino, ya que a través del tono se puede apreciar su edad. Normalmente, en los vinos tintos cuanto más claro y brillante es el caldo más joven, mientras que si es oscuro con un color tirando a granate se suele tratar de vinos envejecidos o crianzas.
Pero no solo te debes fijar en el color, también en la opacidad y la densidad. Cuando se puede ver a través del vino se suele decir que es de capa baja (más ligeros), mientras que si no se puede ver lo que hay tras el vino es de capa alta. También existe la capa media, que es cuando el vino es semitransparente, pero más opaco en el centro. Sobre la densidad, a mayor densidad mayor concentración de alcohol y por lo tanto, mayor graduación.
- Fase olfativa
La segunda fase es la olfativa, en la que hay que descubrir los aromas del vino. El primer paso en esta fase es oler el caldo sin agitarlo para poder captar los aromas primarios, es decir, aquellos olores propios de la uva. Existen un total de 4 grupos de aromas primarios, siendo: frutal, vegetal, floral y mineral.
Posteriormente, llega el momento de apreciar los aromas secundarios y terciarios. Para ello, los expertos recomiendan mover ligeramente el vino para que el caldo entre en contacto con el oxígeno y sean más fáciles de reconocer estos aromas. Cuando se habla de aromas secundarios se refiere a aquellos olores que provienen del proceso de fermentación y suelen variar en función de la temperatura o la levadura. Existen tres series de aromas secundarios: fermentación, lácticos y amílicos. Mientras que los aromas terciarios son los que dependen de la crianza como podría ser el aroma tipo cuero.
- Fase gustativa
Y la última fase es la gustativa, una fase en la que hay que diferenciar tres etapas: ataque, evolución y final de boca. Además de las etapas hay que valorar diferentes elementos como la intensidad, el cuerpo o la armonía.
Se llama ataque a las sensaciones que un vino deja durante los primeros segundos en boca. La etapa evolutiva se produce después, justo en la parte media de la lengua. Y después, ya se analizan los sabores tras el trago, lo que se denomina “final de boca”.
Estas son las diferentes etapas que se producen en la fase gustativa. Y en ellas hay que tener en cuenta la intensidad, el cuerpo, la armonía y la persistencia. La intensidad fundamentalmente es la fuerza de los sabores y puede ser muy intensa, moderada o poco intensa. También hay que tener en cuenta el cuerpo, que es la densidad y la consistencia en boca. Además, otro factor a valorar es la armonía, el equilibrio de todos los matices y sabores del vino. Y el último elemento que hay que tener en cuenta en la fase gustativa es la persistencia, es decir, cuánto duran los sabores del caldo si perduran en boca o se esfuman tras el trago.
Así es como se debe degustar un buen caldo tal y como se hace en las catas de vino. Por supuesto, para los principiantes puede ser algo complicado descubrir algunos aromas o matices, pero al igual que todo en esta vida se va aprendiendo poco a poco.
Y si te apasiona el mundo del vino te recomendamos acudir a una cata de vinos guiada por un profesional que te ayudará a conocer todos los aromas de los vinos, las diferencias en el paladar de unas variedades a otras, así como las armonías ideales en los caldos. No es complicado dar con una cata, normalmente las bodegas de vinos ofrecen catas guiadas por enólogos en sus instalaciones, que normalmente van acompañadas de una visita por las bodegas o los viñedos. Así no solo podrás aprender cómo degustar bien un buen vino, sino descubrir aspectos interesantes de su elaboración. Y no solo se celebran catas de vino en las bodegas, también suelen ser habituales en las vinotecas. En cualquier caso, si quieres mejorar en la degustación de vinos te aconsejamos acudir a una cata guiada por un profesional, pero para comenzar degustando vinos como amateur este artículo te puede venir de perlas para descubrir cómo se hace paso a paso y todos los aspectos que tienes que valorar en cada una de las tres fases.