Lo de disfrazarse es una gozada. La verdad es que siempre me he preguntando la razón por la que a las personas nos gusta tanto ponernos en la piel de otra persona o de otro personaje. Incluso llegando a cambiar de sexo, o convertirnos en animales o cosas.
El otro día lo hablaba con un psicólogo que es amigo mío y la verdad es que las razones que medio me convencieron y me quedé pensando en ello. Mi amigo, que ya lleva varios años en este mundillo, me decía que el cambio lo hacemos porque nos gusta ponernos en otros roles o identidades.
Me decía que al ponernos un disfraz, podemos experimentar sensaciones o comportamientos distintos, como la libertad de ser algo diferente por un tiempo.
También es cierto que muchas personas se disfrazan simplemente como un juego. Lo de ser otra persona puede ser divertido, y nos permite desconectar de la rutina y las preocupaciones cotidianas. Nos metemos en la piel de otras personas. La verdad es que es una forma de recrear momentos divertidos. La verdad es que siempre que nos reunimos con amigos, se recuerdan esas fiestas de disfrazarse. ¿Verdad?
Luego también me decía que hay muchas personas que ven en esto de disfrazarse algo de arte. Y la verdad es que es cierto. Solo hay que ver algunas curradas de trabajos. Horas y horas de ingenio. Por eso para muchas personas eso de disfrazarse es una forma de arte personal. Elegir, diseñar y llevar un disfraz puede ser un medio para expresar la creatividad y la imaginación.
Mi amigo me comentaba que también hacemos lo de disfrazarnos como un evento social. Por ejemplo, en una fiesta de Halloween, que la verdad es que me quedó perplejo de lo que gusta ya en España, muchas personas se visten para ser parte de la fiesta. Además ahora es muy fácil. Como nos dicen desde La Casa de los Disfraces ahora mismo en poco más de 24 horas ya puedes tener el disfraz que tienes gracias a las tiendas online. Así de fácil.
Y lo que también me comentó es que muchas personas usan los disfraces para quitarse la timidez. Y es cierto porque he visto a gente que siempre son muy tímidos, pero oye, es ponerse el disfraz de Batman, y cambia por completo.
Y después de esta explicación que creo que era interesante, me gustaría contar algunas de las fiestas de disfraces más desconocidas.
Buitrago del Lozoya (Madrid)
Seguro que no lo conoces, pero en el pequeño pueblo de Buitrago del Lozoya, Madrid se hace una fiesta de disfraces medievales. Toma nota porque se celebra en el mes de agosto y es una oportunidad para viajar en el tiempo y sumergirse en la época medieval con espectáculos, mercado medieval y desfiles de personajes de la época. La verdad es que es una gozada.
Las Palmas de Gran Canaria
Tranquilos, ya sabemos que el carnaval de Las Palmas es uno de los más conocidos, pero nosotros queremos hablar de otro tema. Del de verano. Sí, también se hace un carnaval de verano. A diferencia del carnaval tradicional de febrero, esta festividad se celebra en el mes de junio y cuenta con desfiles, conciertos, actividades para toda la familia y, por supuesto, la oportunidad de lucir disfraces originales. Si tienes la oportunidad de ir, no te lo puedes perder.
Sitges (Cataluña)
Si quieres ir a una fiesta de disfraces de época tienes que poner en tu GPS: Sitges en Cataluña. Se celebra en el mes de marzo y es una oportunidad para lucir trajes de época. Además vamos a disfrutar de concursos de disfraces, bailes y espectáculos temáticos inspirados en distintas épocas históricas. Si quieres saber más, solo tienes que buscar en las redes sociales porque es uno de los festivales más desconocidos, pero más atractivo.
Valencia
Como os decíamos antes, si de algo nos gusta disfrazarnos es de superhéroes. Pues bien, los amantes de este género tienen una cita todos los años en Valencia. Se celebra en el mes de septiembre, esta fiesta reúne a amantes de los cómics y superhéroes para disfrutar de concursos de disfraces, juegos temáticos y actividades relacionadas con este fantástico mundo.
En resumen, ya has visto que nos gusta disfrazarnos porque es una forma de jugar con nuestra identidad, hacer amigos, liberar inhibiciones y participar en rituales festivos. Todo esto aporta un sentido de disfrute, diversión y libertad, y la verdad es que en España tenemos un montón de fiestas para hacerlo. Y no, no hace falta irse a los lugares que nos vienen a la cabeza como Cádiz, Tenerife o Salamanca, se puede disfrutar en lugares más pequeños.