Imaginamos que todos y todas os queréis sentir bellos y bellas. Que queréis llamar la atención de todas esas personas que se encuentran a vuestro alrededor y conquistar a ese hombre o mujer que deseáis tener a vuestro lado. Se trata de algo normal, como seguramente ya sepáis. Estamos seguros de que todas las personas que os rodean se encuentran en una tesitura similar a la vuestra y que a nadie le parece raro este asunto.
¿Qué clase de cosas solemos hacer para intentar apostar por todo lo que tiene que ver con nuestra belleza? Es probable que una de las primeras cosas que hayáis pensado es poneros a dieta si creéis que os sobra algún kilo. También puede ser que hayáis apostado por un cambio en lo que tiene que ver con la manera de vestir o en la manera de maquillaros. Cualquier elemento de los que estamos hablando puede tener mucho que ver con la belleza que presenta nuestro cuerpo o cara y es perfectamente lógico que hayáis buscado la manera de sacarle el máximo partido posible. Es algo que llevamos haciendo desde que existe el ser humano.
De acuerdo con lo que apuntaba un estudio que publicó Statista, el porcentaje de mujeres que se sentía guapa en el año 2015 era del 51%. Se trata de una cifra que fue creciendo de cara a años posteriores puesto que, de acuerdo con el mismo estudio, en 2016 ese porcentaje ya había crecido hasta el 57% y un año más tarde ya llegaba al 60%. Está claro que es una tendencia positiva y que, desde luego, responde a un interés cada vez más grande por sentirnos bien con nosotros y nosotras mismas.
Creemos firmemente que las redes sociales tienen algo que ver con esto. No cabe la menor duda de que son algunas de ellas, principalmente Instagram o TikTok, las que provocan que necesitemos cuidar mucho más de nuestra imagen para ganar en popularidad. Ese crecimiento del que hablábamos en el párrafo anterior se corresponde con un aumento de popularidad tremendo de la red social Instagram. Es probable que muchas chicas se empezaran a sentir más guapas a raíz de haber introducido nuevos hábitos en su vida para conseguir una mayor cantidad de me gustas, seguidores o interacciones por cada post. Puede parecer una locura que pensemos de esta manera, pero esa situación se ajusta a la realidad mucho más de lo que podríamos llegar a pensar.
Investigando sobre este tema, también dimos con una noticia del portal web El Confidencial que nos pareció de lo más interesante y que explicaba por qué las mujeres se ven menos guapas de lo que realmente son. El caso es que ellas, cuando se producen situaciones como la pérdida de virginidad o del documento de identidad, siempre se sienten menos guapas. Sin embargo, un hombre en las mismas circunstancias se siente más guapo todavía de lo que ya creía que era en un principio. La conclusión es que las expectativas culturales sobre el género afectan en gran medida a estos pensamientos. Y es de lógica que así sea.
Hay muchas maneras de potenciar la belleza en el rostro de una mujer, pero lo que parece evidente es que elementos como las cejas y las pestañas juegan un papel fundamental a la hora de conocer el objetivo de sentirse lo más bella posible. Y es tendencia que las mujeres apuesten por ello. Solo tenemos que echar un vistazo a la web de Premium Estética y Uñas para descubrir la cantidad de opciones que hay para ello: extensión de pestañas, un lifting para esas mismas pestañas, diseño o laminado de cejas… y, por supuesto, el tinte de ambas zonas. Nunca estas dos partes de nuestra cara tuvieron tanta importancia ni tantas maneras de trabajarse.
Los resultados deben estar siendo positivos puesto que la cantidad de personas que buscan y encuentran profesionales para este tipo de cuidados no para de crecer. En la sociedad de la imagen, todos los detalles que tengan que ver con nuestro rostro han de estar bien cuidados. De lo contrario, es muy fácil que no gocemos de la popularidad que estamos deseando conseguir.
Confianza en nosotras mismas ante todo
La confianza en una misma debería ser una cuestión que no nos debería fallar en ningún momento. Nos tendría que dar lo mismo ser más guapas o menos guapas para saber de lo que somos capaces y lo que podemos conseguir más allá de eso. Sin embargo, es necesario reconocer que la belleza muchas veces juega una influencia muy grande a la hora de determinar muchas de las decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestra vida y las posibilidades que tenemos de conseguir el éxito en aquellas cosas que nos propongamos.
Y es que no es lo mismo ponernos delante del espejo y ver que la imagen que nos devuelve es magnífica que no tener esa misma sensación en ese preciso momento. La verdad es que resultaría muy complicado tener que enfrentarnos a todos los desafíos que nos depara el día a día sin tener la seguridad que nos proporciona saber que estamos en un momento ideal de nuestra vida y que tenemos la capacidad de atraer a cualquier persona.
Imaginaros el poder y la seguridad que os puede dar el hecho de saber que sois una persona atractiva cuando os enfrentáis, por ejemplo, a una entrevista de trabajo. Está claro que ahí tenéis una ventaja competitiva que luego es cierto que tendréis que completar hablando de otras cosas acerca de vosotras mismas. Pero la base la tenéis. Y la importancia que esto tiene creemos que está fuera de toda duda. Son muchas las personas que han debido pensar en eso mismo a estas alturas de la vida y que, sin duda, habrán sabido sacar el máximo provecho posible de una cuestión como la que os acabamos de comentar.
Recordad que la belleza exterior no lo es todo
La belleza exterior no es la única clave del éxito. Es verdad que es una pieza básica, pero hay otras maneras de intentar ganar en popularidad y en imagen. Por hablar de alguna, os diremos que lo extrovertidas que seamos tiene mucho que ver con nuestra capacidad de atracción. Y que también va a tener una influencia muy grande el hecho de que seamos o no buena gente. Tened en cuenta que la gente con la que nos vayamos a rodear nos va a terminar conociendo a la perfección, con nuestras virtudes y también con las carencias que tengamos.
La belleza exterior, si es impulsada a través de unos valores fantásticos a nivel interno, se convierte en el arma definitiva. Pero está claro que esos valores internos son cosas que debemos insertar en nuestro ADN. Será así cuando gocemos del reconocimiento de todo el mundo que nos importa y tengamos más oportunidades todavía para conseguir todos los objetivos que tengamos entre manos en estos momentos o que hayamos marcado para el largo plazo.
La vida es mucho mejor si somos perfectamente conscientes de que somos perfectas tanto por fuera como por dentro. Cuando sabemos que tenemos defectos, crecen las inseguridades. Y son esas inseguridades las que nos van a poner límites en esta vida, límites que no nos deberíamos poner puesto que nunca sabemos hasta qué punto vamos a ser capaces de llegar. Poner todos los elementos para que no existan esos límites depende de cada persona en concreto, así que tened por seguro que la posibilidad está en vuestras manos y, la pelota, en vuestro tejado.
Debemos ir poniendo todos los factores que tengan influencia a lo largo de nuestra vida en el lado en el que más nos interese. Ese es el mejor de los consejos que os podemos dar y, por supuesto, engloba todo lo que tiene que ver con el cuidado de la belleza tanto interior como exterior. Debemos realizar un análisis que sea objetivo y en el que no nos importe ser críticas con nosotras mismas porque es a través de esa crítica (constructiva, por supuesto) como vamos a poder poner esos elementos a favor e ir adquiriendo una mejor imagen entre las personas que ya no nos conocen y entre aquellas personas que poco a poco van sabiendo más sobre nosotras.
Está claro que nadie va a potenciar más la belleza propia que una misma. Debemos ser cada una de nosotras las que cuide de esos detalles para nuestro caso particular y preocuparnos por obtener todas las mejoras posibles tanto en materia física como en la belleza interior. A fin de cuentas, somos nosotras mismas y nadie más quienes vamos a tener la oportunidad de disponer de esas mejoras. Por tanto, hay que animarse y no tener miedo de mejorar. Acomodarse no es una opción en una sociedad que ‘castiga’ de una manera cada vez más poderosa a las personas que, a sabiendas de que pueden implementar mejoras en su vida diaria, prescinden de ellas y optan por quedarse como están.