Conciertos a la luz de las velas: una forma de ocio que he implementado

Tengo la sensación de que las distintas formas de ocio que tenemos hoy en día están demasiado manidas y que hay muchas personas que no disfrutan del mismo modo de ellas. El deporte cada vez nos aburre más porque no es más que un negocio, espectáculos como los conciertos cada vez son más repetitivos y hay muchas películas que no son originales puesto que se limitan a copiar patrones de otras películas anteriores en sus argumentos y en las maneras de filmar. Quizá mi espíritu sea demasiado crítico, pero esta es la opinión que empiezo a tener con el paso de los años.

Me dedico al mundo de la música, si bien no lo hago de manera profesional. Soy miembro de un par de bandas de rock que se encuentran lejos de convertirse en una referencia del género pero con las que me lo pasó realmente bien. Por eso me preocupa especialmente el tema de los conciertos, que creo que muchas veces se convierten en algo anodino y que se encuentra lejos de atrapar la atención de los fans. Da la sensación de que visto uno, vistos todos. Los espectáculos de luces son cada vez más parecidos, la manera de hacer partícipe al público de las canciones que se están tocando también es siempre la misma y la ejecución de los setlists también, tocando canciones muchas veces desconocidas y dejando todas las importantes al final.

Creo que hay que darle una vuelta a todo esto. Esta es una conclusión que he sacado después de haber dado bastantes conciertos con cada una de las dos bandas a las que hacía referencia anteriormente. Es una opinión muy personal y que, por supuesto, nadie está obligado a compartir conmigo. He compartido mis sensaciones con los miembros de cada una de las dos bandas y hay algunos de ellos que han manifestado estar de acuerdo conmigo. Por eso, hemos intentado por todos los medios hacer de nuestros conciertos algo diferente, que se mantenga en la memoria de las personas que vienen a vernos durante mucho tiempo.

Para que contextualicéis un poco más de lo que estoy hablando y la historia que os voy a contar a continuación, os voy a hablar de las dos bandas. Una de ellas es una banda tributo a Thin Lizzy, una banda de rock irlandesa que contaba con Phil Lynott como frontman. Este hombre, que tocaba el bajo y cantaba al mismo tiempo, es todo un héroe no solo para los amantes del rock de la isla Esmeralda, sino para los rockeros de distintas generaciones y países. Su carisma, amén de sus dedos, fueron sus grandes herramientas de trabajo. Por otro lado, la otra banda tiene temas propios y pertenece al género del hard rock, muy parecido al que tenía Bon Jovi durante sus primeros años, allá por la década de los 80.

Nosotros hemos seguido los patrones de los que hablaba antes. Hemos ofrecido conciertos bastante previsibles, dejándonos las mejores canciones para el final y todo aquello que os comentaba más arriba. Es lo que siempre se suele hacer cuando eres un novato en el mundo de la música y tratas de que todo el mundo vea tus conciertos hasta el final. Pero la verdad es que eso llega a un punto en el que termina aburriendo a los propios componentes de cada una de las bandas a las que pertenezco. Se convirtió en algo necesario que buscáramos una nueva manera de hacer conciertos y que supusiera una experiencia para todas aquellas personas que venían a vernos.

Empezamos a darle vueltas al tema y a buscar maneras de conseguir que nuestros conciertos fueran más especiales que los de cualquier banda de rock o de cualquier otro género. Decidimos hacer cambios en el setlist, incluyendo algunas de nuestras mejores canciones no solo al final del concierto sino al principio y en el medio. Y, además, llegamos a la conclusión de que también necesitábamos un cambio en lo que respectaba a la decoración de cada escenario. ¿Cómo podía llegar a conseguirse eso? Se nos ocurrió que podía ser una gran idea vestir el escenario entero de velas de todo tipo. Uno de mis compañeros nos recomendó contactar con Velas Mas Roses y nos pusimos manos a la obra.

Pudimos adquirir velas de todo tipo: centros, candelabros, en vaso, especiales… y eso nos gustó porque gracias a eso podríamos disponer de una decoración amplia y original en todos y cada uno de los escenarios en los que fuéramos a tocar. Sabíamos que era una apuesta arriesgada, que no todo el mundo estaría preparado para un evento así o esperaría encontrarse un concierto de estas características. Pero la idea continuó adelante. A fin de cuentas, si no nos salía bien este plan siempre podríamos volver a lo de siempre, aunque no fuera lo que más nos motivara.

Tengo que reconocer que sabíamos de antemano que teníamos bastantes posibilidades de triunfar. Y los sabíamos por una razón muy sencilla: porque este tipo de conciertos también se han realizado por parte de otras bandas. Es verdad que no es algo que sea demasiado común ni muchísimo menos, por lo que sigue habiendo un enorme porcentaje de personas que no han visto un concierto a la luz de las velas, pero es de justicia decir que no fuimos los primeros que pensaron en eso. En este enlace de la página web Taquilla.com podéis encontrar ejemplos de conciertos que se han realizado de este modo. Candlelight ha sido capaz de versionar canciones de Queen y de Coldplay a la luz de las velas.

El caso es que podemos darnos con un canto en los dientes porque mis dos bandas han tenido un éxito inesperado de afluencia de gente a medida que se han venido convirtiendo en habituales nuestros conciertos con velas. No sólo viene cada vez una mayor cantidad de gente, sino que creo que la que viene se lo pasa mejor. Incluso es bastante notorio el hecho de que, de las personas que vienen, hay un enorme porcentaje que en algún momento del concierto saca su móvil y empieza a grabar el escenario para compartirlo con todos sus contactos a través de las redes sociales. Y eso, como seguro que os estáis imaginando, nos viene de perlas a nosotros.

Un acierto con independencia del tipo de música del que hablemos 

A lo largo de estos párrafos, hemos hablado de esos conciertos con velas, pero siempre lo hemos hecho refiriéndonos a un género de música en concreto, el rock. He hablado de ese tributo a Queen y Coldplay que ya hacía conciertos de este tipo antes que nosotros, también he hablado de mi banda tributo a Thin Lizzy y he hecho lo propio con mi banda de temas propios, que ya os he dicho que se parece bastante a Bon Jovi en sus primeros tiempos. Sin embargo, no hace falta encasillarse en un género de música en concreto para intentar ser original y para realizar conciertos como los que hemos comentado.

Uno de los géneros que yo creo que pueden pegar mejor con un concierto a la luz de las velas es el de la música clásica. De hecho, ya hay algunas bandas y grupos musicales que interpretan canciones de música clásica que han apostado por este formato y a los que les va bien. Creo que es un acierto unir ambas cosas del mismo modo que uníamos las velas con el rock. Lo que conseguimos con todo esto es generar un ambiente mucho más íntimo en el que la conexión entre la banda que está tocando y el público sea todavía más grande. Hay muchos artistas que seguirán apostando por lo típico: hacer que sea el público el que cante una parte de la canción en lugar del propio cantante. No digo que eso esté mal, pero creo que hay que buscar otras maneras de hacer el concierto más divertido y más memorable.

Al igual que distintos ámbitos de la vida van cambiando conforme pasan los años, el ocio tiene que irse reinventando y buscar nuevas maneras de captar la atención de la gente. Somos muchas las personas a las que nos gusta un ámbito concreto del ocio, pero que desearíamos que fuera original y que fuera buscando nuevas formas de cara al futuro. En la variedad está al gusto, incluso aunque nuestra manera preferida de divertirnos sea algo muy concreto.

Desconozco si algunos de vosotros o vosotras había tenido este debate interno en algún momento de su vida. Con independencia de que estéis de acuerdo conmigo o no, lo que espero haber conseguido con este artículo es que os hayáis planteado si hay alguna forma de ocio en vuestra vida que os gustaría que variara un poquito. Algo que nos gusta pero que se repite muchas veces nos termina aburriendo. Y aburrirse es lo peor que podemos hacer en esta vida porque estaremos viendo como lo que más vale, nuestro tiempo, se nos escapa de entre los dedos sin remisión.

 

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