El piano es el instrumento indicado para componer una canción.

Componer una canción es uno de los anhelos de muchos aficionados a la música. La intención de plasmar en una pieza musical tus sentimientos o sensaciones es una idea seductora. Los músicos coinciden en señalar que la guitarra y el piano son los instrumentos más adecuados para componer. Te explicamos por qué decantarse por el segundo, y algunas cuestiones a tener en cuenta a la hora de componer.

La música es un vehículo de expresión, como la pintura y la literatura. Un arte que genera obras que transcienden al artista. Cuando la canción es interpretada por otros, cobra vida y adquiere elementos propios del músico que la interpreta.

Dicen algunos músicos que los compositores no buscan canciones, sino que son las canciones las que encuentran al músico. Había un guitarrista de un grupo de rock del país vasco, que cada tarde, cuando iba a la sala de ensayo, llevaba consigo una melodía, un Rif, que servía de punto de partida para una nueva canción. Decía que era el fruto de largas noches de insomnio.

Para transcribir esas melodías que llegan a tu cabeza, necesitas conocer el instrumento. Saber cómo encontrar cada nota para que suene igual que como te lo imaginas. De forma que tanto tú como cualquier otro músico pueda tocarla. De ahí lo importante, no solo de tener un piano a mano para componer, sino de saber tocarlo.

Mila, que siempre le ha gustado tocar el piano y que se considera autodidacta, contrató a Kristina  Kryzanovskaya, una pianista rusa que imparte clases de música en Alicante, para que le diera clases de piano en su domicilio. Mila ha perfeccionado su técnica. Después de practicar tocando música clásica y algunas canciones de los Beatles, por fin se atreve a componer sus primeras canciones. “Siempre había querido componer” – nos comenta – “, pero hasta ahora no me sentía preparada.”

El piano y la composición.

El blog musical «Latina», proporciona una serie de argumentos para decantarte por el piano como instrumento con el que dar forma a tus composiciones.

El piano es un instrumento polifónico. Te permite tocar al mismo tiempo la armonía y la melodía de la canción. Tocar varios sonidos simultáneamente, de manera que le vas dando forma a la melodía, sobre la base rítmica.

Si cantas, es más fácil con el piano que con otros instrumentos, integrar la voz y la letra en la música mientras estás creando. Interpretas los acordes de la canción, al mismo tiempo que cantas, observando cómo encaja todo en su conjunto. Con una mano marcas el tono que guiará la armonía vocal y la musical.

En el piano, las manos están colocadas de una forma más natural que con una guitarra o con un violín. Esto ayuda a identificar las notas con una tecla, mientras que con la guitarra debes encontrar el sonido y asociarlo con un movimiento de tu mano derecha sobre los trastes. Esto hace más sencillo transformar los sonidos imaginarios en música real.

Hay un punto de referencia en términos de notas: Do, Re, Mi, Fa… Es más visual. Puede ser que te confundas en el tono, pero todo es cuestión de ajustarlo.

Componer una canción con un instrumento monofónico, solo una melodía a la vez, es mucho más complicado que con uno polifónico como el piano.

Puede ser que asociemos el piano a la música clásica, pero hoy en día, se compone todo tipo de canciones sobre un piano. Melodías pop, piezas de jazz, música para anuncios, etc. El piano, además, te permite enriquecer la canción con otros movimientos que después puedes adaptar a otros instrumentos.

Cómo componer una canción.

El blog La Cúpula Music te presenta una serie de claves que debes tener en cuenta para escribir una canción nueva. Todo comienza por definir la base y la estructura. Todas las canciones se escriben por una razón: transmitir un sentimiento, emocionar a quien lo escucha, hacerlo bailar, etc. Esto es importante, pues en cierta medida, determinará la canción que vas a escribir.

Debes darle una estructura. Puede ser introducción instrumental, estrofa, estribillo, estrofa. Después debes buscar los acordes sobre los que ir montando la canción. Vas a crear el esqueleto sobre el que se levanta la composición, que poco a poco irá cogiendo forma y enriqueciéndose con otros elementos.

Coge una canción o un músico de referencia. No significa que lo vayas a copiar. Digamos que te servirá de inspiración. Desde 1963 hasta 1967, los Beatles sacaban dos discos por año, con 10 canciones por disco. John Lennon y Paul McCartney eran dos máquinas de componer. Decían que medio en serio, medio en broma se ponían a componer una canción al estilo de Buddy Holly, otra al estilo de los Everly Brothers, otra al estilo de Roy Orbison. Nadie podía decir que eran una copia. Los Beatles tenían su propia identidad, pero las canciones de Rock & Roll de los años 50 les servían de referencia. Todo esto, hasta que en 1967 sacan el disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y hacen una música que hasta entonces nadie antes había hecho.

Es importante que escribas todo lo que pase por tu mente. Una propuesta de melodía, un Rif de guitarra, un solo instrumental, un estribillo. Son recursos que puedes utilizar cuando los necesites. Algunos de ellos te pueden servir como piedra fundacional sobre la que confeccionar una canción. Otros, solo un elemento que está ahí y puedes volver a utilizar. En cuanto ese sonido te llegue a la mente, intenta copiarlo con el piano, el teclado o la guitarra y grábalo en una pista de audio. La inspiración es caprichosa, igual que ha llegado, se va.

El blog “La Cúpula Music” dice que el estribillo es el eje que vertebra la canción. Yo ahí, tengo mis dudas. Puede ser que sí, puede ser que no. Me inclino a pensar en que es la melodía principal el centro sobre el que gira la composición. Piensa en la 5ª sinfonía de Beethoven o en la “primavera” de Vivaldi. Las reconocemos por la melodía principal, y no es casualidad. Es el movimiento sobre el que se articula toda la pieza. Esto también pasa con la música más actual. El “Smoke on the watter” de los Deep Purple gira en torno a un sencillo RIF de guitarra y la canción “Another one bites the dust” de los Queen está construida sobre una línea de bajo.

Consejos para componer.

La música la componen los músicos. No quiero decir con esto, que si pretendes componer te conviertas en un músico profesional, ni en un virtuoso, pero sí debes tener cierta técnica. De poco te sirve la imaginación o la creatividad si no sabes transformar los sonidos imaginarios en música real. Estos son algunos consejos útiles la composición:

  1. Practica con el instrumento. Cuanto más practiques con el piano o con tu instrumento de referencia, mejor localizarás los sonidos. La música es un lenguaje que se perfecciona practicándolo. Las personas que tocan un instrumento con asiduidad localizan las notas de forma natural, como si estuvieran hablando. No tienen que parar a pensar donde ponen las manos. Esto es algo muy práctico a la hora de transformar los pensamientos en música. La música tiene la ventaja de que si te gusta, nunca dejarás de aprender.
  2. Atrévete a tocar música de otros. Decía Keith Richard, el guitarrista de los Rolling Stones, que tocar música de otros es muy útil para la composición. Mientras estás tocando otras canciones que no son las tuyas te surgen ideas para crear tus temas propios. Si te equivocas al interpretarlas, aparecen variaciones interesantes que puedes emplearlas en tus propias composiciones.
  3. Graba los sonidos que se te pasan por la cabeza. Aunque ya he hablado de este tema, considero importante volver a incidir en él. En 1991, el grupo de rock Metallica graban “The Black Album”. Su disco más famoso, y si no el mejor, uno de los mejores. Comenta su guitarrista, Kirk Hammett, que durante la gira que efectuaron el año anterior, se propusieron grabar todas las ideas que se les pasarán por la cabeza. A la hora de componer nuevo material, tenían tal cantidad de recursos, que era complicado que no les salieran canciones de calidad.
  4. Recoge sugerencias. Como suele funcionar un grupo de Rock, es que aunque las canciones vengan firmadas por uno o dos autores, el proceso de creación es colectivo. Alguien llega a la sala de ensayo con una propuesta de canción o con una melodía, y entre todos aportan sugerencias hasta que le dan una forma definitiva a la canción. Esto es útil para cualquier tipo de música, aunque tú seas el único intérprete. Tócales tus canciones a tus amigos y recoge sus propuestas. Algunas de ellas, seguro que son interesantes.
  5. Escucha todo tipo de música. Sea cual sea tu estilo musical, escuchar canciones de otros géneros es enriquecedor. Te pueden descubrir sonidos que desconocías y resultarte inspirador.

Si te apetece componer canciones, aprender a tocar el piano es un medio que te será útil para dar rienda suelta a tu creatividad artística.

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